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Depende de ti

Hace unos días me encontré con un lugar extraordinario Pantskicker sobre motivación e inspiración. En el primer "post" que leí del sitio (Antivirus para la mente), que creo una referencia obligada sobre las emociones negativas, presentan esta idea original sobre los contratiempos (fracasos) y las explicaciones que nuestra mente da de ellos, de manera automática y quizás inconsciente.

Entendiendo contratiempo (fracaso) como algo que te ocurre que no querías que pasase o que no pasa que quisieras que pase o no estar a la altura de las propias expectativas. La manera como explicamos los fracasos nos puede motivar, fortalecer nuestra determinación, iluminar nuestro espíritu o por el contrario pueden arruinar nuestro humor, nuestra salud y las posibilidades de hacerlo mejor y tener éxito. Una mala explicación nos puede llenar de emociones negativas.

Las más de las veces, nuestras explicaciones de los contratiempos (fallé en un examen, no consigo ser como quisiera ser, no tengo el trabajo que quisiera, no puedo con el dolor de espalda, ...) están llenos de errores (no sirvo para nada, no hago nada bien, soy un tonto, ...). La buena noticia es que se puede controlar la explicación que damos a esos contratiempo haciéndola, si no se puede más objetiva, por lo menos menos negativa y dañina para nuestra salud mental y confianza en si mismo.

Si se aprende a dar las explicaciones adecuadas se puede llegar a ser más exitoso o, por lo menos, a estar más tranquilo consigo mismo . Porque se es más efectivo cuando se está motivado y determinado que cuando se está desmoralizado. Además de que ante una actitud positiva hay una mejor disposición a reintentar una vez más aquellas situaciones de fracaso y eventualmente, superarlas.

Una extensión inmediata de esta teoría se aplica a los contratiempos con terceros (seres queridos, amigos, colegas, jefes y subordinados). De la misma manera, muchas veces damos explicaciones muy negativas o prejuiciadas a los contratiempos que surgen con terceros porque, simplemente, sus respuestas no están a la altura de nuestras expectativas o simplemente por nuestra incapacidad para colocarnos en el lugar del otro o para admitir que las cosas pueden hacerse (o verse) de otra manera distinta de la nuestra. Cuántos disgustos, trabajos y relaciones malgastadas pudieran ahorrase si tuviéramos esa capacidad para controlar nuestro ego y nuestras expectativas, con un poco de empatía y con una explicación objetiva de los contratiempos que experimentamos con nuestros seres queridos o nuestros amigos o en el trabajo.

Al final, todo depende de uno mismo y de la explicación que le demos.

No dejen de visitar Antivirus for your Mind les garantizo una muy buena experiencia.

Buen camino,

William

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