Hace poco leí parte del libro y vi la película El Secreto (http://www.elsecreto.tv), confieso que me gustó mucho más la película que el libro que no conseguí terminar.
El Secreto trata sobre una supuesta Ley Universal que supone que las cosas en el mundo se ordenan (de tal manera) para hacer que lo que estés pensando suceda. Más aún, tus sentimientos son el mejor indicador de lo que estás pensando. De modo que, si estás pensando bien te sentirás bien y si no pues te sentirás mal.
Resulta un poco difícil pensar que existe tal Ley. Porque una ley no es cuestionable, por ejemplo, si lanzas una manzana al aire lo quieras o no (o lo creas o no), ella caerá y se estrellará contra el piso. Esa es la fuerza de una ley.
Sin embargo, independientemente de la veracidad de la existencia de tal ley, sí que es fácil creer que se puede controlar la manera como percibimos la realidad y que una visión positiva, o esperanzadora de la misma no sólo puede ser determinante para reafirmarse, sentirse bien consigo mismo y lograr el éxito, pero además puede contribuir al reconocimiento de otros siendo que las personas prefieren reunirse con ganadores que con perdedores.
El hecho de que los sentimientos son un excelente termómetro para nuestros pensamientos es también una idea encantadora y que creo cierta. Si vamos un poco más allá, es posible pensar que queremos lo que queremos por la forma en la que el objeto deseado nos hará sentir y más allá todavía, por lo que nos hará pensar.
De modo que cuando no nos sintamos bien algo no debemos estar "pensando" correctamente y quizás con un pequeño cambio en la visión de la realidad (vista desde otra perspectiva) podamos efectivamente sentirnos mejor y abrir más y mejores posibilidades de logro y superación.
Otro elemento importante de El Secreto es que uno no sólo debe "pensar" lo que quiere sino que además debe actuar y sentir como si ya lo tuviera porque esa es la manera de estar verdaderamente comprometido con el pensamiento (deseo). La fe y la confianza en Dios pareciera que están muy relacionados a esto último.
Ello me recuerda la pequeña fábula que escuché hace poco que reza así:
Dos campesinos estaban atravesando por una sequía muy intensa y ambos pedían fervientemente a Dios que les enviará la lluvia para sus cultivos. Sin embargo, ... sólo uno de ellos preparó el campo para las lluvias. ¿A quién creen que Dios le envió la lluvia?
De modo que ya saben, ... lo que piensan será.
Buen pensamiento !
El Secreto trata sobre una supuesta Ley Universal que supone que las cosas en el mundo se ordenan (de tal manera) para hacer que lo que estés pensando suceda. Más aún, tus sentimientos son el mejor indicador de lo que estás pensando. De modo que, si estás pensando bien te sentirás bien y si no pues te sentirás mal.
Resulta un poco difícil pensar que existe tal Ley. Porque una ley no es cuestionable, por ejemplo, si lanzas una manzana al aire lo quieras o no (o lo creas o no), ella caerá y se estrellará contra el piso. Esa es la fuerza de una ley.
Sin embargo, independientemente de la veracidad de la existencia de tal ley, sí que es fácil creer que se puede controlar la manera como percibimos la realidad y que una visión positiva, o esperanzadora de la misma no sólo puede ser determinante para reafirmarse, sentirse bien consigo mismo y lograr el éxito, pero además puede contribuir al reconocimiento de otros siendo que las personas prefieren reunirse con ganadores que con perdedores.
El hecho de que los sentimientos son un excelente termómetro para nuestros pensamientos es también una idea encantadora y que creo cierta. Si vamos un poco más allá, es posible pensar que queremos lo que queremos por la forma en la que el objeto deseado nos hará sentir y más allá todavía, por lo que nos hará pensar.
De modo que cuando no nos sintamos bien algo no debemos estar "pensando" correctamente y quizás con un pequeño cambio en la visión de la realidad (vista desde otra perspectiva) podamos efectivamente sentirnos mejor y abrir más y mejores posibilidades de logro y superación.
Otro elemento importante de El Secreto es que uno no sólo debe "pensar" lo que quiere sino que además debe actuar y sentir como si ya lo tuviera porque esa es la manera de estar verdaderamente comprometido con el pensamiento (deseo). La fe y la confianza en Dios pareciera que están muy relacionados a esto último.
Ello me recuerda la pequeña fábula que escuché hace poco que reza así:
Dos campesinos estaban atravesando por una sequía muy intensa y ambos pedían fervientemente a Dios que les enviará la lluvia para sus cultivos. Sin embargo, ... sólo uno de ellos preparó el campo para las lluvias. ¿A quién creen que Dios le envió la lluvia?
De modo que ya saben, ... lo que piensan será.
Buen pensamiento !
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